Tiene tan solo 23 años, pero su impecable y extenso currículum le avala. Él es Laín Montes Grande, un vallisoletano que desde muy pequeño sabía que su destino estaba detrás de los fogones. Para alcanzar su sueño, se ha formado en las mejores escuelas y restaurantes de la geografía española, hasta convertirse, el pasado mes de abril, en ‘Personal chef’. Este joven emprendedor pertenece a la última promoción del módulo superior de restauración del IES Diego de Praves. Realizó prácticas en el restaurante vallisoletano La Viña de Patxi y más tarde se decidió a estudiar un máster en Gastronomía en Aiala, Escuela de Hostelería de Carlos Arguiñano, en Zarautz. Quiso completar su formación con un ‘stage’ de siete meses en el restaurante de 3 estrellas Michelin Akelare de Pedro Subijana, en San Sebastián. «Cuando acabé mi formación en el Akelare quería un cambio. Amo la cocina y tenía ganas de hacer algo distinto, una salida fuera de los restaurantes convencionales. Fue entonces cuando un buen amigo me ofreció dar cursos de cocina en su espacio de ‘coworking’.
La idea, al principio, me asustó un poco, pero todo salió estupendamente y la gente demandaba cada vez más formación. Mi hermano también me animaba mucho a preparar eventos y ofrecerme como personal chef. Estuve un tiempo colaborando con diferentes empresas mientras que definía bien mi marca personal y daba forma a la idea de negocio. Así nació mi empresa, Laín Montes Personal Chef, explica este joven, que además es profesor externo de la Escuela Internacional de Cocina Fernando Pérez.
Entre los servicios que ofrece Laín se encuentra la creación de platos por encargo. Así, por ejemplo ayuda a nuevos negocios de hostelería que quieran contar con menús creativos, o negocios ya existentes que quieran actualizar su carta para adaptarse a los nuevos tiempos. Y también a particulares que quieran sorprender a sus invitados. Otra de sus actividades es la formación.
Laín imparte cursos de cocina a nivel particular o de empresas, donde los clientes eligen la temática que más les guste y de forma participativa pasan una agradable jornada entre consejos, lecciones y experiencias. «En una cocina siempre estás aprendiendo, pero también enseñando, y eso me fascina», asegura.
Este chef emprendedor puede ayudar a que cualquier evento se convierta en una velada perfecta gracias a sus platos. «Mi cocina es sencilla. Se basa en lo tradicional pero con toques innovadores. Me gusta trabajar con productos de temporada. Lo que mejor me define es mi pasión por los fogones y por transmitir mis conocimientos a los demás, uniéndolo a los retos sociales y medioambientales. Siempre me ha gustado aportar mi granito de arena para mejorar la sociedad y creo que a través de la cocina se pueden conseguir cosas muy interesantes», comenta este artista de los fogones, cuyo máximo objetivo es «hacer feliz a la gente a través de sus platos».
No dispone de una carta establecida, como en un restaurante convencional. Le gusta confeccionar menús personalizados para cada ocasión, y según afirma, lo más gratificante de su trabajo es «ver llegar los platos vacíos a la cocina y escuchar las expresiones de admiración que se escapan a sus comensales al degustar la comida».
EL Norte
14/08/2015